jueves, 28 de octubre de 2010

Maquiavelo 3. Biografía en tres partes.

3. Obra.
         La obra de Maquiavelo como muchas de otros autores, ha sido conocida con el tiempo, con un descubrimiento aquí, y otro por allá y poco a poco se fue reuniendo lo que él escribió  desde su más temprana juventud hasta su muerte, con lo que en la actualidad (2002) se le conoce casi toda.  Vale decir que su pensamiento no puede ser interpretado de una forma superficial sino que debe analizarse detenidamente para no caer en las superficialidades que sus malos lectores, o sus detractores, la han atribuido, como esa frase conocida, pero tan falsa, de que “el fin justifica los medios”, la cual nunca pronunció ni escribió. No debe tratar de encontrarse en un escrito del año 1500 el pensamiento que perfila al Príncipe o a otra obra suya, Maquiavelo debe de ser tomado como un autor que evoluciona constantemente y crece con el tiempo.
         La  importancia de la obra de Maquiavelo radica en que sirve como ejemplo del pensamiento que pone fin a la idea de un imperio universal cristiano. Dice Juan A. Ortega y Medina:
“La razón de Estado canonizada por Maquiavelo proclama sin reticencia que el interés de cualquier país está por encima del de los otros; que el provecho particular nacional es anterior y superior al universal cristiano. Toda cortapisa de carácter ético - tradicional se revoca, y la universitas christiana tuvo (por) ende que quedar disuelta.”[i]

         Maquiavelo  escribió entre sus obras políticas las siguientes: La descripción de cómo procedió el Valentino para matar a..., Discurso sobre la provisión de dinero, con breve proemio y justificación; Cómo tratar a los pueblos rebeldes de Valdichiana, Informe sobre la situación de Alemania; Retrato de las cosas francesas; y las más recordadas, El Príncipe; obra por la que ha recibido un sin numero de criticas y diatribas y la menos conocida, aunque a juicio de muchos la mejor: Discursos sobre la primera década de Tito Livio.    
         También incursionó en el teatro con La Mandragora, (critica a la sociedad de su época) y fue autor de algunos poemas  cómo: Capitulo Pastoral (dedicado a Guliano de Médecis); y el  Primer Decenal. En la novela incursionó con el escrito Belfagor archidiabolo, conocida también como “El diablo toma esposa”, también hecha para criticar a las costumbres.
         Entre otras obras que se han recopilado se encuentran: Cartas, Discursos, Historia de FlorenciaEl Arte de la guerra, La causa de la ordenanza militar: donde reside y qué es necesario hacer, Dictamen sobre la reforma de la Constitución de Florencia, Sumario del gobierno de la ciudad de Lucca, Dos provisiones para instituir Milicias nacionales en la República florentina.  
         Entre sus obras El Príncipe, merece atención especial.
         En  aquella época, la imprenta era un invento novísimo, y la obra de Maquiavelo había sido escrita no para el vulgo, sino para los reyes y gobernantes de Europa, pero fue tal el impacto del escrito que rápidamente se convirtió en un éxito de librería, a tal extremo llegó que del mismo se hicieron copias no autorizadas, más baratas pero de menor calidad, que circulaban causando prejuicios en los libreros impresores autorizados.
         Dos obras como dijimos son las más importantes, El príncipe y Los discursos a la primera década, ambos distintos, uno hecho para educar a los príncipes en la forma de como mantenerse en el poder y el otro un trabajo donde se retoma toda la tradición republicana de la cultura Romana. 


4. Pensamiento.
         Hay que aclarar para nuestros lectores , que el verdadero pensamiento de Nicolas Maquiavelo no puede extraerse de una sola de sus obras.
         Por ejemplo, en los “Discursos” tanto el que habla sobre Francia y el de Alemania han sido considerados como tratados de economía política, donde aparte de describir  la nueva formación social de Europa (el mercantilismo), señala la producción, sistema administrativo  e impositivo de los países visitados.
         En el arte  de la Guerra, retoma una frase latina que dice “Si vis pacem para bellum” que quiere decir, si quieres la paz prepárate para la guerra, en el texto hace referencia a la necesidad que tiene un estado de contar con un ejército propio, para no depender de los mercenarios, un ejército que debe ser reclutado de entre los mismos pobladores y que deben de estar entrenados y preparados para el combate, estas ideas luego se aplicaran durante el periodo del constitucionalismo en Europa y en la América Independiente, al parecer aplicado con éxito por los Estados Unidos y sus milicias cívicas.
         Tanto en “La Mandragora” como en “Belfagor”, drama y novela respectivamente, Maquiavelo realiza una critica a la sociedad de su tiempo, en “La Mandragora” critica la superstición y la estupidez humana, en “Belfagor”, critica el consumismo de la mujer, la tolerancia del esposo hacia los excesos de sus compañeras, y finalmente podemos decir que exalta la astucia del clasemediero, utilizada para salir adelante.
         En el “Epistolario” tenemos una crónica de la vida cotidiana en el siglo XVI, así como también nos enteramos de los gustos, y vicios del propio Maquiavelo, encontramos párrafos picarescos donde recuerda a sus amigos a ciertas mujeres que conocieron en su carrera diplomática y los recuerdos que de ellas tienen.
         El Príncipe. Este pequeño libro es el primero de toda una serie dedicada a la educación de los gobernantes, enseña, a como ganar y conservar el poder político. Detrás de este libro se encuentra un agudo análisis, años de experiencia y un cuidadoso estudio de la historia política.
         Este libro tiene un carácter de un manual practico para gobernantes, revela como se puede ser un prospero gobernante, un político de éxito, al cual no le debe importar ser virtuoso sino tener una buena reputación.
         Si tiene que optar entre ser temido o ser amado, hallara que es mejor ser temido, le dice el mismo Maquiavelo:
“No obstante, el príncipe debe ser lento y sesudo en creer y en obrar, sin tener temor de si mismo, procediendo de modo temperado, con humanidad y prudencia, de forma que la demasiada confianza no le haga incauto ni la demasiada desconfianza intolerable.
De esto nace una controversia: Si es mejor ser amado que temido, o mejor temido que amado. La respuesta es que se quisiera ser ambas cosas; más, como es difícil que vayan juntas, resulta mucho más seguro ser temido que amado cuando haya de faltar a una de las dos.”[ii]

         Para Maquiavelo el gobernante debe ser como el león (fuerte y despiadado) y como la zorra (astuto). Pues el éxito ganara el favor popular y las infamias serian olvidadas. Esto con referencia a como se debe conservar el poder político y nos pone el ejemplo de Agatocles de Siracusa y como asesina a todos sus enemigos políticos convirtiéndose en gobernante, dice:
“A los hombres hay que halagarlos o eliminarlos, por que si se vengan de las ofensas leves, de las graves no pueden; así la ofensa que se haga al hombre debe ser tal, que le resulte imposible vengarse.”[iii]

         Maquiavelo para elaborar su manual recurrió al principio de que todo hombre es malo por naturaleza:
“Porque de la generalidad de los hombres se puede decir esto: que son ingratos, volubles, simuladores, cobardes ante el peligro y ávidos de lucro. Mientras les haces el bien, son completamente tuyos: te ofrecen su sangre, sus bienes, su vida y sus hijos, pues - como antes expliqué- ninguna necesidad tienes de ello; pero cuando la necesidad se presenta se rebelan.”[iv]

         Sin embargo no todos son consejos de impiedad, aconseja al príncipe, tener la siguiente virtud: la tacañería, explica que, el príncipe debe evitar la prodigalidad, que es la causante del empobrecimiento, que no se debe gastar lo que no se tiene, pues para hacerlo se expolia al pueblo y este odia al gobernante, pero también no se puede gastar lo propio, pues se empobrece y se obtiene el desprecio.
“En consecuencia, un príncipe debe reparar poco - con tal de que con ello le permita defenderse, no robar a los súbditos, no volverse pobre y despreciable, no mostrarse expoliador - en  el vicio de tacaño; porque este es uno de los vicios que hace posible reinar.”[v]

         Más adelante explica, que los príncipes para evitar ser odiados, deben abstenerse de apoderarse de los bienes y las mujeres de sus súbditos, y no asesinarlos, amenos de que exista una justificación conveniente: “porque los hombres olvidan antes la muerte de un padre que la pérdida del patrimonio”.[vi]
         Maquiavelo, ha sido considerado el padre de la política moderna (real politic según algunos), pues rompe con el pensamiento clásico, con Platon o Aristóteles o Santo Tomas de Aquino, que tratan de educar al príncipe en la virtud, o buscan en la política un fin ético, el fin de Maquiavelo no es propiamente la bondad, pues dice al príncipe que entre ser amado o ser temido, el amor es propio del pueblo y depende de la voluntad de este, y ser temido es facultad del príncipe, por tanto: “un príncipe prudente debe apoyarse en lo suyo y no en lo ajeno.”[vii]
         Otro consejo para el gobernante es donde le dice que este debe tener ser el equilibrio entre la elite y el pueblo, dice:
“Los estados bien organizados y los príncipes sabios siempre han procurado no exasperar a los nobles y, a la vez, tener satisfecho y contento al pueblo. Este es uno de los principios que más debe atender un príncipe.”[viii]

         Maquiavelo también tuvo la visión de aconsejar al gobernante poseer una fuerza militar propia y no depender de los mercenarios, también justificó que el gobernante es quien debe tener el monopolio de la violencia, para la preservación del estado.

5. Importancia.

6. Bibliografía.
1.   Maquiavelo, Nicolas, El Príncipe, México,  Editorial Porrúa, 1976, L +51 p. (Sepan cuantos... num. 152.).
2.   Maquiavelo, Nicolas, Antología, Barcelona, Ediciones Península, 1987, 365 p. (Textos Cardinales 4).
3.   Maquiavelo, Nicolas, Obras históricas, Madrid, Librería de los sucesores de Hernando, 1914, 2 tomos.
4.   Basave, Agustín, Renacentistas Italianos, México, Editorial Patria, 1953. 117 p.
5.   Febvre, Lucien, Martín Lutero, 3 reimp., México, FCE, 1975. 285. (Breviarios: 113)
6.   Troeltsch, E., El protestantismo y el mundo moderno, 3 reimp., México, FCE, 1979. 108 p. (Breviarios: 51).
7.   Kristeller, Paul Oskar, Ocho filósofos del Renacimiento italiano, México, FCE, 1974. 222 p. (Breviarios: 210).
8.   Villari, Pasquale, Maquiavelo. Su vida, su tiempo, México, Biografías Gandesa, 1953. 453 p.
9.   Barincou, Edmond, Maquiavelo, Barcelona, Salvat, 1986.199 p.
10.Anderson, Perry,  El Estado absolutista, 12 ed., México, Siglo XXI Editores, 1992. 591 p.
11.Ortega y Medina, Juan A., Reforma y modernidad, México, UNAM, 1999. 220 p.
12.Menéndez Pidal, Ramón, Idea Imperial de Carlos V, 5 ed., Madrid, Espasa - Calpe, 1963. 163 p.  


[i]  Ortega, op. Cit: pp. 53.
[ii] Maquiavelo, Nicolas, El príncipe: Cap. XVII.
[iii] Ibid: p. 3
[iv] Ibid: p.29
[v] Ibid: 28.
[vi] Ibid: 29.
[vii] Ibid: 30.
[viii] Ibid: 33